Los hombres y las mujeres libres y de
buenas costumbres han sido elementos de unidad y progreso en todas las
circunstancias históricas y sociales de nuestra patria.
Juárez es sin duda uno de los más
significativos entre ellos. Su ingreso al Rito Nacional Mexicano, justo cuando
la Patria enfrentaba una de las dos invasiones extranjeras que llegaron a
dominar grandes porciones del territorio nacional, es prueba fehaciente de su
especial preocupación por la unidad y la defensa de lo mexicano.
Hoy nuestro país requiere nuevamente de
la unidad de quienes creemos en México y estamos decididos a luchar por su
progreso. Los matices ideológicos son válidos y hasta necesarios como decisión
personal, pero sobre ellos, ante ellos, está el avance del país, está la acción
conjunta para la solución de los problemas sociales y económicos que lastiman a
millones de nuestros compatriotas.
Juárez probó con su actitud que sobre
todos los intereses está la Patria. Contra invasores y traidores logró unir a
la gran mayoría de los liberales y a muchos conservadores. Después de la lucha
sin cuartel en la que logró triunfar, respetó las diferencias de opinión,
aunque fueran contrarias a las que él sostenía.
Con orgullo recordamos que desde el 24
octubre de 1849 Benito Juárez es miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadística. Hablo en presente con toda propiedad, porque la doctrina juarista,
su compromiso por el progreso, su patriotismo, siguen rigiendo la acción de los
miles de mexicanos que en casi medio centenar de sociedades correspondientes
integramos esta institución, la sociedad científica y cultural más antigua de
América.
La Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadística fue creada en abril de 1833 por el patriarca del liberalismo, el
doctor Valentín Gómez Farías para realizar estudios e investigaciones que
dotaran al nuevo Estado mexicano de la información, los programas de acción y
las propuestas de gobierno indispensables para que la patria progresara.
A lo largo de 180 años hemos cumplido.
Hemos acumulado información, hemos originado leyes como la que protege el
patrimonio arqueológico, la que implantó en México el sistema métrico decimal,
la que creó el sistema estadístico nacional, la que sistematizó en el Inegi los
esfuerzos modernos de la cartografía y la informática, la que nos llevó a tener
un mar patrimonial. Cumplimos –pese a todo tipo de dificultades y carencias –
la encomienda del Dr. Gómez Farías y se realizó la delimitación y localización
geográfica de los territorios estatales y las ciudades y poblados.
En suma, hemos defendido la patria con
las acciones intelectuales, como Juárez lo hizo con la actividad política y las
acciones militares.
Juárez aportó libros singularmente
valiosos a nuestra biblioteca, depósito de documentos que desde 1590 muestran
las vinculaciones entre los distintos dialectos que forman las distintas
lenguas indígenas de Oaxaca. De Juárez aprendimos los miembros de nuestra
sociedad a cuidar y acrecentar el bagaje escrito y gráfico que hoy sirve a
investigadores y estudiosos de México y del mundo.
Juárez nos enseñó que los traidores no
tienen cabida en las instituciones, especialmente cuando sus acciones van
contra el interés nacional o contra el patrimonio del país. Atendiendo a la
propuesta del Presidente de la República, en 1862 expulsamos a Juan Nepomuceno
Almonte. Con este ejemplo expulsamos en el 2006 a quien pretendió vender
algunos de los materiales que constituyen el fondo reservado, que es lo más
valioso de nuestra biblioteca y mapoteca.
La Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadística vive hoy porque Juárez se preocupó de renovarla y fortalecerla como
uno de sus primeros actos al encabezar la restauración republicana, después de
concluir la larga lucha que se inició con la Guerra de Reforma, continuó con la
defensa del territorio nacional contra la invasión francesa y culminó con la
derrota estruendosa del espurio imperio de Maximiliano y su fusilamiento en
cumplimiento de las disposiciones de la ley de defensa de la República emitida
en enero de 1862.
El 26 marzo 1868, y por convocatoria de
Benito Juárez, se reorganiza la mesa directiva y se reanudan los trabajos de la
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística en un local y con recursos
proporcionados por el propio señor Presidente Juárez, quien además ordenó al
Archivo de la Nación que enviara libros que tuviese duplicados para engrosar la
biblioteca de nuestra institución, que hoy lleva con orgullo el nombre del
Patricio de Guelatao.
Juárez pidió además trabajos específicos
a la Sociedad. Mencionemos: el trazo del ferrocarril entre Veracruz y México,
el anteproyecto de la ley de instrucción pública, que luego perfeccionara una
comisión compuesta en su mayoría por miembros de nuestra institución, que
reorganizaron la instrucción primaria para niños y niñas, crearon la escuela
nacional preparatoria, las escuelas profesionales que fueron el germen de la
UNAM, la primera escuela normal y que establecieron desde entonces que la
instrucción gubernamental debe ser obligatoria, laica y gratuita.
Hoy continuamos siendo fieles a la
doctrina juarista. Defendemos la educación laica, insistimos en que se
reincorporaran la historia y la geografía nacionales como materias en los
programas de las secundarias y sobre todo procuramos en cada del acto
societario o personal ser honestos, patriotas y justicieros, como nos enseñara
nuestro grande e ilustre consocio Benito Juárez.
Lic. Julio Zamora Bátiz
Presidente de la Junta Directiva
Nacional de la
Ilustre y Benemérita
Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadística
Fuente: LA VOZ DEL NORTE
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